
Estando en una de las tantas y frías calles de bordeaux, camino y pienso en todas las cosas que en el pasado me agobiaban y que ahora eran cuestiones inocuas, meditaba profundamente en todo lo que me lastimó en épocas pasadas, miro el cielo, limpio, heterodino, claustro , expandido, como si todo lo que quisiera hacer fuera posible, un cielo totalmente expandido, sin estrellas, una luna solitaria, dándome la espalda, solo se veía en ella un amplio mar de la tranquilidad, oh... ojala pudiera tener esa tranquilidad en mis manos, y podérmela regar por todo el cuerpo, sentirme pleno, calmo, sin inquietudes.
Mucho pensamientos rondan en el espacio inédito de mi mente, pero el central es ella, ella con sus cabellos juguetones que parecieran danzar con el viento alucio, el viento helado, como si fueran los únicos que no tuvieran miedo de morir congelados, sus ojos hermosos como lagos color marrón, sus manos temblorosas del frio? o la pasión?, su cuerpo esbelto y perfilado, su aliento de rosas que parecía plantarse en unos rosados labios de terciopelo, su aroma irresistible como un naranjo en flor. Que seria de mi sin ella, ella que me inspira, ella que me da las ganas de vivir, de no volver, de no sentir nada que no estuviera directamente inmiscuido con ella; ella que con su mano entrelazada en mi mano me indicaba que si corazón latía y que preferiría que ese momento no acabara jamás; ella que es la única que espero ver por la mañana.
-Wilmer rios
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