lunes, 13 de septiembre de 2010

Un montón de cosas ahí. (Monólogos Conversacionales)

-Identidad
¿Que quién soy?
Los psicólogos han estudiado ya por un tiempo el problema de identidad, aunque hoy en día sea fácil dar una respuesta mediocre y satisfactoria. Usted es la ropa que use, la gente con la que frecuente, la forma como hable y su complexión física. Yo no me conformo, yo digo que no soy nada y que soy todo, que soy capaz de cualquier cosa que haya logrado otro hombre y de otras más, que soy tan Friedrich Nietzche como Charles Manson, y tan Teresa de Calcuta como Rojas pinilla. Parafraseando un poco a Borges, cualquier hombre debe ser capaz de todas las ideas. Así que me debe usted bastante respeto, tal vez sea yo el que descubra la cura para el cáncer de su abuelita.

Perdóneme por el aburrido discurso -para usted, claro-, y si su atención se desvió o no entendió lo que quise decir, permítame resumirle: Yo soy el polvo en que me voy a convertir cuando esté muerto y, tal vez, una noche de copas con un fatídico fin.

-Diálogos con usted-
Yo creo que en este momento su mente no es capaz de dimensionar el daño que me puede causar. No le estoy diciendo tonta, simplemente quiero decir que no es consciente de lo que puede pasar si por ejemplo, usted decide tirarse el pelo por atrás de los hombros cuando yo estoy en un rango en el cual el viento me puede alcanzar. Entienda, es como un efecto mariposa, sólo que no genera terremotos en china, sino que puede hacer que se me derrita el cráneo. A usted no le gustaría cargar con un muerto encima, ¿Cierto? A ninguna persona le gustaría, o al menos eso creo yo. Es por eso que le voy a perdir que limite su belleza a lo absolutamente imprescindible, y que evite sonreír tan seguido, pues mis ojos tienen ése horrible hábito de confundir esas sonrisas suyas con soles.

Voy a evitar caer en el tedio, podría seguir nombrando acciones y cosas suyas que pueden ser perjudicialísimas para mi salud, pero lo veo innecesario, igual un día de estos me voy a cansar de este mundo como los buenos hombres y le voy a dar un beso, no se sorprenda ni me mire así. Sea solidaria, me parece la forma más fácil de morir feliz. Entonces, hasta ese día le pido que haga honor a mi petición anterior: Sea tan fea como la naturaleza le permita.

-Confesión a Dante-
Usted es de esas personas que uno puede odiar muchísimo. Casi como todo el mundo. Afortunadamente ese no es el caso, pero me parecía prudente mencionarlo, simplemente para que quedara claro que su amistad para mí se encuentra en un grado de fragilidad comparable con cualquier estructura construida por un japonés responsable.

En fin, no se me ponga con muestras de afecto, ni protocolarias, ni verdaderas. No es que tenga yo mucho tiempo. Hoy es uno de esos tantos días en los que uno se levanta con la certeza de que va a morir, es por eso que le hablo de esta manera. Es vital entonces, que comprenda que no es probable que éste comportamiento se repita.

Detesto la posición de papá frío y calculador, pero no es por nada que el mundo se mantiene en pie, siempre es necesario que haya gente fría y calculadora para compensar la gente que mantiene caliente y botada.

La verdad, si en la calle me topara con una encuestadora y ella me preguntara en cuál de las dos lo pondría a usted, lo más probable es que le diría que usted está principalmente en la categoría de suaves bicicletas, seguido por una cachetada y una canción de cuna con arreglos órgano de genio malvado.
No le digo esto a mucha gente, pero en mi mente siempre le estoy escribiendo cartas a la gente , y la mayoría (un noventa y ocho por ciento) se quedan ahí. Una vez le escribí una a Gustavo Petro, contándole de mis planes para un país hermoso, y en varias ocasiones me he encontrado escribiéndole a las cadenas de televisión nacional para insultarlas por su contenido, que a mi modo de ver las cosas, es pura basura.

Pero esto no es sobre mí ni sobre usted, si decidí dirigirme a usted, fue porque usted era el par de orejas más cercano. Dios me manda mensajes, y yo los tengo que entregar muy rápido o me muero. Dios es hermoso, a Dios no le importa nada.

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