
[Esto lo escribimos entre dos personas: Dante Scarpetta y yo. ¡Dante es lo máximo!]
I
Todos te aman, ¿ves? Y vos no es que no amés a todos. ¿Cómo podés? No me cabe en la cabeza. No es que te amen de verdad, es que quieren amarte, sienten que al decirlo se rompe otro poquito el gran abismo entre lo que sienten por vos y lo que quieren sentir, pero es que vos sos para mí, maldíta sea, ellos no te pueden querer amar, sólo yo puedo amarte querer.
Esos Tamos insulsos, repititivos no son como los tamos de colores que yo te puedo llegar a dar, los tamos con alas, con hipotálamos y de ojos brillantes. Yo tengo tamos que saben a frío, a cereza, mirálos, no los ves? acercate, acercate más, más, más.
Aquí están, debajo de ésta piedra, entre este par de sábanas ¡espera! que se te ha metido uno en la uña. Ay, ¿Yo qué voy a hacer? esos no quitan, manchan como el jugo de mora o la sangre, que es prácticamente lo mismo.
Vení, vení, que quiero que vengás y decirte al oído cosas como: -ellos no te aman-, o -las cerezas estan en promoción-, o -la próxima vez que nos veamos estaré más enfermo de vos que hoy-. Vení, acercáte, otro poquito, ¿no ves mis intenciones? Son claroscuras como dibujarte. ¿Ves cómo van tomando forma, aunque no tengan forma? mis intenciones cambian con cada parpadeo que das y a mí me explotan las ganas cuando estoy solito, se me dinamitan los codos al tiempo como si fuera un ritual para que aparecieras de la nada y poder decirte: Acércate, vení, vení a mis aullidos, vení a que te amen, no como los que te aman, sino como yo quiero quererte. ¿Es que no ves que mí clavícula está hecha para tu cuello, mi boca para tu pelo y mis dedos, que no están hechos para nada, torpes sólo como ellos, repasan los rasgos de tu cara para asegurarme que en un par de minutos no te vas a dibujar como otra? ¿No lo ves?
II
Parece que estuvieras todo el tiempo conmigo; te pienso, te veo, te huelo y te toco en todas partes. ¿No me puedes dar unos momentos de tranquilidad?, en serio, ya es hora de que me des unos minutos a solas, pero no te vayás nunca, me gusta pensar que camino por encima de tu cabello y que llego a todas partes navegando el mundo desde tu cuerpo. Y las nubes de algún lugar hermoso, apuesto que se sienten iguales a tu piel. Y la lluvia que recibo con los brazos abiertos deben sentirse iguales a tus pellizquitos, a tus mordisquitos, a tus besitos.
¡Ay de mí! tus besitos...
Tiquete de ida y vuelta a todos lados
Ay de mí, tus besitos hacen que el tiempo avance más rápido... y la bomba... ¡la bomba! la bomba está caliente, se encabrita, se acelera, se siente...
se escucha...
carajo, no sabía que se podía escuchar.
¿Es normal que se escuche? ¿Es normal que me lleve hacia adelante? ¿Allá donde precisamente quedas vos con los brazos bien abiertos? ¿Allá donde están las pendejadas que me imagino? ¿Allá donde me querés? ¿Es normal que haga tantas preguntas? ¡No te vayas, ya no pregunto más! ¡No te vayas que ahora llega la serenata! ¿Te gustan las serenatas? ¿Dije serenata? ¡Quise decir... feria! o no viene nada si no querés, pero quedáte o dejame para recordarte un dedo o algo así... No me mires así no, no soy ningún piscópata! ¿Una restricción? ¿A más de 100 metros?¡Pero tú me querías! Acá tengo las pruebas, tú me querías, tú me quieres.
III
Vení, no perdamos el tiempo; Estoy cansado de tener que buscarlo en tus costillas y es que con un beso -¡Ay de mí! tus besos- el tiempo da tres saltos y son tres semanas las que me demoro en encontrarlos.
1 comentario:
me encanto!!!!!!!!!!! Ana
Publicar un comentario