viernes, 1 de enero de 2010

Nadie escribió esto antes que yo



Oda a mi mismo,


Soy como una frase que se arruga y se retuerce en la basura como queriendo ser escrita.
[...]

Soy como un vientecito que se mueve como queriendo ser pájaro... y es tan triste verme, saberme. Soy ese que ya derrotaron mucho antes de la batalla, el que nació un día que Dios estaba borracho y enfermo. Nací de una mujer gigante y no de una gata sola. Soy uno al que, por desgracia, no le crecieron los órganos necesarios para volar ni para caer parado siempre ni para vivir nueve o, por lo menos, siete veces. Soy como un viento que quiere ser pájaro, un café amargo en una casa de mormones. Es tan triste verme que en mi casa no quedan espejos porque en ellos habitan fantasmas de lo que no soy, porque siempre hubo hombres y no gatos.

Hoy salgo a la calle como reconociéndolo todo, como decidiendo en qué rinconcito establecer mi lecho de muerte. Hoy salgo a la calle y no conozco a nadie. No me reconozco ni me importa. Por suerte hay expendedores de Marlboros en las esquinas, casi siempre. Y yo soy como el cigarrillo que se consume como queriendo ser dinamita, y estallar con fuerza y estruendo.

Camino por descarte, porque mis piernas se mueven cuando pienso en el siguiente lugar que quiero comprobar como apto para morir de sed o de quietud. Soy ese que desea que llegue el momento en el que ya no recordar sea sinónimo de autopsia y que al morir la gente tome su color preferido y no ese blanco que es tan blanco como volar sin volver. Me gusta pensar en esas imposibilidades. Pensar que un día despertaré gato o pájaro azul.

Que llueva suerte en las lloviznitas de domingo ya no es mi deseo cuando apago las velas, cuando pasa una estrella fugaz, cuando froto una lámpara mágica o me encuentro en medio de dos mujeres. No preciso de ella más que para dormir de noche y ya no lo hago. Morir es la única experiencia que conozco que no he vivido. Ser mi mal pagado asesino y mi propio forense. Mi propio sicoanalista y la persona que me quiere. Morir es un derecho que me he ganado. De gato, tuve los sueños y de viento, la falta de alas. De cigarrillo, la incapacidad para estallar y de Dios, el posible de matarme, su cobardía y su torpeza. De edificio no tuve nada.

2 comentarios:

YoRch dijo...

perdón si me disculpo... perdón

Bel dijo...

qué trágico