
Un bosque equisyeseta. 2:30 Am.
Y aunque el sonido de mis pasitos en la hierba siempre fue inocente, me di cuenta en el momento más inadecuado...
Siendo perseguido por esa figura, la misma que había visto en la parte superior izquierda de todos lados que miraba.
No es fácil escapar de un asesino. Mucho menos en tales condiciones, en las noches los bosques son peores que las cárceles.
Terminé encerrado en una cabaña abandonada, Bueno, terminamos.
-¿Un último deseo?
-Quiero que me responda unas preguntas. Y un cigarrillo.
-Eso son dos cosas, pero hoy estoy de buen humor.
Entonces encendió las luces, me invitó a tomar asiento y me entregó el cigarrillo.
-¿Por qué siempre matan con cuchillos?
-No son tan prácticos como parecen, pero ya se han vuelto un clásico y no soy quién para dañar la imagen.
-¿Los guantes, para no dejar huellas?
-No, es la etiqueta, nos gusta vestir bien.
-¿Por qué me da un último deseo?
-Sólo matamos para conceder esa último voluntad, todo el placer se encuentra ahí
-¿No podría dejarme ir?, ya me ha concedido mi deseo
-Me temo que no, entonces no sería su último deseo.
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