domingo, 2 de octubre de 2011

Me la puede mamar en reversa

-¡HIJUEPUTAS RATAS DE CUELLO BLANCO!
Soñó un poco con una rata con camisa antes de darse cuenta que era un grito del mundo real. Se levantó y gritó: -¡Nunca dejás dormir en esta malparida casa, siempre con tus maricadas!
La voz en la distancia respondió: -¡Usted cállese pendejito!, el día que comience a aportar para lo del mercado va a tener voz en esta casa, pero hasta entonces me la puede mamar en reversa.
Se puso sus viejos zapatos y dejó la casa con un sonoro portazo y un escupitajo en el carro de su compañero de casa. Caminó un par de cuadras y llegó al parque, se acostó en el pasto y usó su saco de almohada, un par de segundos después estaba durmiendo de nuevo.
-¿Parcero, tiene una monedita que me regale?- dijo una voz inconfundible.
Trató de ignorar la petición y de hacer como si no se hubiera despertado. El dueño de la voz comenzó a moverlo suavemente.
-Hágale hermanito, hace dos días que no como y hace cuatro que no consumo nada que me enloquezca. La vida no está hecha para vivirla así.
-¿Entonces para qué está hecha la vida? Dígame y vamos y le gasto 3 empanadas ya- dijo el antes durmiente personaje.
-La vida está hecha para gastarle empanadas a los recicladores sin casa y con hambre. Camine, que si me gasta una gaseosa le escribo un poema.
-Listo, pero tiene que ser sobre mocos.
Fueron juntos un par de cuadras, el reciclador con su carretilla y el hombre con sus ganas de dormir. Se sentaron en unas sillas Rimax y doña Magola se les acercó.
-¿Qué querés Vicente?, ya me debés como 14 mil pesos en papas aborrajadas, me vas a quebrar si seguís así.
-Relájese cuchita, la otra semana me rotan una plata y fijo le pago, se lo prometo. Deme 3 empanaditas para el viejo Manolo y dos gaseosas, no me pregunte el sabor, lo que le guste más a usted.
Vicente se quedó un rato mirando a Manolo, apreciando su larga barba gris y sus dientes amarillos (que por cierto se veían con facilidad porque el hombre sonreía cada 30 segundos).
-Estoy más bonito que antes,¿cierto? Yo sé que te estoy gustando, vos me vas a conseguir casa y trabajo- dijo Manolo mientras cruzaba la pierda y guiñaba el ojo.
-Dejá la maricada… A lo que vinimos, escribíme una obra maestra pues.
El viejo cogió una servilleta del servilletero y después de probar 4 lapiceros diferentes que sacó de su bolsillo, encontró uno que funcionaba y empezó a escribir, a hacer tachones y caras con la lengua afuera. De vez en cuando hacía una pausa para tomar de su gaseosa o comer, lo que llevó a Vicente a pensar que no llevaba dos días sin comer. Minutos después le pegó una palmada a la mesa y lanzó la servilleta al otro lado de la mesa, donde estaba Vicente.
-Hice lo que pude, pero me la dejaste difícil con eso de los mocos.
-Ya te las he puesto peores, ¿o es que no te acordás de la vez de las torres gemelas? Casi me cago de la risa. Literalmente, llevaba días sin ir al baño. Bueno, vamos a ver.
Vicente cogió la servilleta, se paró en la silla y se aclaró la garganta:
Mocoloco en Mi mayor
Suave y vertiginoso
Duro y melcochoso
Compañero versátil
Muéstrame el camino de vuelta a mí mismo
O al menos, muéstrame que sientes
Y mañana vístete con un poco de sangre

Doña Magola ya estaba acostumbrada a los esporádicos recitales de la cochinada, y sólo agradecía que esta vez lo hubieran hecho cuando casi no había clientes.
-No es el mejor, pero es un respiro, especialmente cuando el idiota de Fernando no deja dormir. Siempre que le llega una nueva cuenta de cobro o un e-mail del banco tira un madrazo. Una espiroqueta total, tenés que mostrarme los mejores lugares para dormir, Manolito, ustedes los desecheibols tienen que saber de eso.
-Claro, cuando querás, pero por ahora me abro porque ando muy liviano y vos sabés que si no camello no me queda tiempo para venir a joderte- Se levantó, cogió su carretilla, y mientras andaba exlamó: -¡Nos pillamos loco, gracias por las empanadas!

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