Bajaron mil señores del techo, uno detrás de otro todos fueron bajando al mismo tempo, muy puntuales esos señores.
No fue divertido verlos bajar ¿cómo cabían tantos en el techo?
pero igual les agradezco, pues por ellos pude ver ese castillito de nubes que se estaba formando...
lleno de mil emociones y situaciones, mirando por encima de las torres
bajando las puertas a otras emociones y situaciones que llegaban con sus maletitas
impacientes, dando saltitos y pintando con crayones las paredes de piedra.
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